martes, 29 de abril de 2014

Lluvia

No se que tiene la lluvia que me hace decaer. Mi moral cae en picado como lo hace ella por la gravedad. El agua es necesaria. Sin lluvia no seríamos nada. Seguramente no habría vida... pero en mi caso, la lluvia empaña la mía, la que si "hay".

No se que tiene la lluvia que me hace decaer. No es alegre, no es agradable, ni siquiera es relajante. Uno de los placeres de la vida es disfrutar de ese rítmico y agobiante sonido desde la cama. A resguardo. Protegido de todo los malos augurios que con ella trae. La lluvia no tiene piedad, ni semtimientos. La lluvia es egoista, es pegajosa, es inevitable. Sin embargo... es inofensiva.

No se que tiene la lluvia que me hace decaer. Pensar, reflexionar. Es algo inevitable. Día gris y mi cabeza se desata. Es inevitable. A veces en el deseo del sol, del calor, del color. Otras veces en situaciones. La lluvia puede al orgullo, la lluvia ayuda a ver que nadie es perfecto... la lluvia, en mi caso, impulsa la primera facultad humana... pensar.

Y esque es verdad...

No se que tiene la lluvia que me hace pensar.

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JG.

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